Los orígenes de el tinte.

Hoy os vamos a hablar un poquito sobre los orígenes del tinte capilar.

 

En la Edad Media, el pelo colorado era considerado el resultado de un defecto genético.

Durante años, las personas que nacían con ese color eran sospechadas de practicar la brujería. Sin embargo, en el siglo XVI, el tono rojizo natural y vibrante de la reina Elizabeth I hizo que este color fuese más aceptado.

 

A consecuencia de ello pronto se comenzaron a utilizar productos como la famosa henna, que ya era usado por los antiguos egipcios para conseguir tener el cabello en esa tonalidad.

Durante el período Barroco - cuando las pelucas muy elaboradas y empolvadas gozaban de gran popularidad - los colores usados eran de la gama de los pasteles, desde rosados a amarillos, hasta incluso el azul, no creáis que hemos descubierto ahora nosotros los cabellos de colores!

 

El cabello rubio continuó siendo deseable y se utilizaba lejía de potasio o soda cáustica para blanquearlo...

 

Las mujeres victorianas usaban grandes sombreros con la parte superior abierta para exponer su cabello tratado al sol fuerte. Al mismo tiempo, el color gris para el pelo estaba de moda, lo que hizo que se volviera al polvo para el cabello para potenciar el efecto.


Durante un tiempo se utilizó el nitrato de plata para oscurecer el pelo, hasta que su uso excesivo dio lugar a un color púrpura. Gracias a este efecto, poco después se creó el primer tinte sintético.

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